viernes, 26 de septiembre de 2014

Poemas de la antología para medir (2)

Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.
 
                       Anónimo

La reina


Yo te he nombrado reina. 
Hay más altas que tú, más altas. 
Hay más puras que tú, más puras. 
Hay más bellas que tú, hay más bellas. 
Pero tú eres la reina.    

Cuando vas por las calles 
nadie te reconoce. 
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira
  la alfombra de oro rojo 
que pisas donde pasas, 
la alfombra que no existe.


Y cuando asomas
 suenan todos los ríos
 de mi cuerpo, sacuden
 el cielo las campanas,
 y un himno llena el mundo.

Sólo tú y Yo, 
sólo tú y yo, amor mío, 
lo escuchamos.                   

                        Pablo Neruda 

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